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La nueva colección de Matilde Cano se presenta sobre la pasarela en un universo regio, lleno de luz por los diseños impecables en materiales nobles, que coquetean con la reinvención de la belleza del medievo. La diseñadora juega con bordados, brocados, tules y ornamentos irisados hacia una propuesta creativa en la que la mujer, cargada de sensualidad, se viste para una ocasión especial sin abandonar su estilo de vida y sin perder la elegancia de esa época.

En cuanto a colores, la firma apuesta por una oda a todos aquellos tonos pastel, los más dulces de la paleta, presentes en estilismos suaves y delicados. El dorado siempre tiene siempre una gran importancia, pero no se olvidan los plateados, llevando esto a tonalidades opuestas que combinan entre sí, como pueden ser los blancos y negros.

En tejidos, se usan los brocados, crepés de seda, encajes, gazares bordados, superposiciones de apliques, detalles en las hombreras que combinan con capas consiguiendo una línea que, sin lugar a dudas, nos traslada al medievo.

La geometría se pone al servicio de los escotes, haciendo hincapié en los escotes cuadrados, que enmarcan el pecho con un llamativo resultado. Esto se combina también con siluetas estrechas y mangas voluminosas que dibujan, en alguna medida, parte del cuerpo o le dan volumen en la parte alta de las mangas.

Uniendo los colores empolvados, pasteles y rosados, tan favorecedores, pasando por los dorados, grises y terminando con la estrella de la temporada que son ultravioleta, el lavanda, y el morado, con las mangas anchas y escotes cuadrados, se consigue ese toque medieval tan buscado. Los complementos solo vienen a reafirmar ese look de princesa medieval en cada una de las creaciones.